Son las nueve de la noche cuando Raquel llega a casa y cierra la puerta tras de sí, cuatro horas después de que terminara su jornada laboral. Su jefe le ha pedido que elabore unos documentos para entregarlos lo antes posible, ella ha sido eficiente en todas sus tareas (como siempre) pero, a pesar de ello, ha tenido que quedarse en la oficina para hacer todo el trabajo. Al comienzo, esto ocurría de manera ocasional, pero, paulatinamente, ha acabado siendo algo habitual.
Raquel es una persona muy responsable y trabajadora, pero la carga de trabajo y las exigencias por parte de su jefe han ido aumentando a unos niveles que ni ella, ni sus compañeros, son capaces de seguir.
“Es una época en la que tenemos mucho lío en la empresa”, piensa Raquel, intentando autoconvencerse. Se lo suele decir a sí misma siempre que llega a casa, pero en el fondo sabe que no es verdad. Se apoya en la puerta, el agotamiento que siente, unido a la sensación de descontrol y desesperanza, hacen que se derrumbe y que rompa a llorar. Lleva más de tres años en esta situación, ya no siente fuerzas ni sabe cómo salir de ella.
¿Qué significado tiene la Fábula de la rana o el “Síndrome de la rana hervida”?
La fábula de la rana nos explica el peligro de aguantar situaciones límite durante un tiempo muy prolongado. En ocasiones, tendemos a permanecer demasiado tiempo en contextos que nos están generando un malestar intenso, como un trabajo estresante, una relación dañina o asumir más cargas de las que podemos afrontar en nuestro día a día.
Puede que estas situaciones, al principio, no nos resultaran tan complicadas ni demandantes, quizás no nos generaban tanto malestar pero, poco a poco, se van convirtiendo en circunstancias que no podemos soportar.
Actuamos bajo el “Síndrome de la rana hervida”, cuando nos adaptamos de forma consciente o inconsciente a circunstancias, personas o relaciones que nos resultan perjudiciales y que no permiten nuestro bienestar mental, emocional o físico.
Señalar que, aunque lo llamemos síndrome, no se trata de un diagnóstico formal, es decir, no está recogido ni el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM), ni en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE).
Esto es lo que le ocurre a la rana de la fábula que te dejo a continuación, elaborada por Olivier Clerc.
La Fábula de la rana.
Si pones a una rana en un recipiente de agua hirviendo, la rana reaccionará rápidamente al entrar en contacto con el agua caliente y saltará.
Sin embargo, si pones a la rana en un recipiente de agua tibia y comienzas a calentar el agua lentamente, la rana comenzará a ajustar su temperatura con la temperatura del agua, para adaptarse. La rana se mantendrá aumentando su temperatura mientras que la temperatura del agua también siga aumentando.
Justo cuando el agua esté a punto de hervir, la rana no podrá ajustar más su temperatura. En ese momento, la rana decidirá saltar. Lo intentará, pero será incapaz de hacerlo, ya que ha perdido toda su fuerza y energía ajustando la temperatura de su cuerpo, sus músculos no reaccionarán. Sin poder escapar del agua hirviendo, la rana acabará muriendo.
¿Cuándo actuamos bajo el “Síndrome de la rana hervida”?
Actuamos de esta manera cuando no afrontamos de forma adecuada situaciones que nos superan, ya sea por dolor, miedo o autoexigencia. Esto puede ocurrir tanto en nuestra vida personal como en la laboral, ya que en ambos casos podemos experimentar relaciones dependientes, manipulativas o abusivas.
Algunos de los motivos por los que podemos actuar bajo este “síndrome” son:
- Cuando no damos importancia a la situación que estamos experimentando.
- Pensamos que no es para tanto.
- Creemos que luchar no servirá para nada.
- Pensamos que es algo temporal.
- No arriesgamos por miedo a lo que pueda pasar.
- Tenemos la esperanza de que las cosas cambiarán a mejor por sí solas.
- Sentimos que nos faltan recursos para actuar y no podemos hacer nada para conseguirlos.
- Pensamos que es lo que nos ha tocado vivir.
- Creemos que conseguiremos una recompensa por nuestro esfuerzo.
- Pensamos que merecemos ese castigo por algo que hicimos.
¿Qué consecuencias tiene el “Síndrome de la rana hervida”?
Esta conducta hiperadaptativa puede generar baja autoestima, autoabandono y sensación de descontrol, así como agotamiento físico y mental.
El agotamiento que experimentamos tras permanecer adaptándonos durante mucho tiempo a este tipo de situaciones, es el que nos puede dificultar salir de estas circunstancias cuando ya no podemos más.
Es importante que revisemos nuestras creencias, valores y conductas, así como trabajar en nuestras estrategias de afrontamiento para saber cuándo y cómo saltar antes de que sintamos que la situación nos supera. Saltar del recipiente antes de que el agua hierva, es un acto de cuidado y amor hacia nosotros mismos.
¿Alguna vez has sentido que llegabas al límite en alguna situación de tu vida? ¿La has mantenido? Si es así, estabas experimentando el «Síndrome de la rana hervida».